100428, JAIRO CALIXTO ALBARRAN, MILENIO
De veras que por cualquier cosa se les derrama la bilis. Nomás no entendieron que la única razón por la que doña Jeane Brewer impulsó esta idea de linchar a todo lo que oliera a inmigrante, fue porque su noble corazón quiso encontrar la manera de obligar a todos esos espaldas mojadas a que regresaran a sus hogares a reencontrarse con sus familias, a recuperar sus raíces y su cultura, a buscar en sus propias tierras las razones mismas de su fe y su ser. No se crean que se trata nomás de criminalizar a quienes no respondan a los estándares estéticos de Calvin Klein o Donna Karan, no; se trata de que mientras nuestros connacionales —como les llaman los cursis— son perseguidos por la migra para aplicarles la ley fuga, éstos puedan adquirir condición física y fortalecer su resistencia cardiovascular. Y el hecho de que ese defensor de los derechos humanos como John McCain salga a defender tan legítima causa que ha sonrojada hasta a los del Ku Kux Klan, refuerza la idea de Arizona será convertido en un territorio hermano donde los migrantes tendrán el honor de ser utilizados por los gringos para sus cursos propedéuticos de terapias de choque para ejercer debidamente en Abu Grahib y Guantánamo.
Además, siempre será una alegría que al momento de ser deportados, nuestros wet backs tendrán la alegría de ser recibidos por las polecías de acá de este Laredo donde, sin duda y para que no vean que hay favoritismos, serán tratados con el mismo encanto y buenas maneras con que las autoridades migratorias mexicanas reciben con los brazos abiertos a los migrantes centroamericanos.
Sí, no podemos derrapar gachamente en la histeria colectiva. Si caemos en la tentación del resentimiento social por algo tan sin embargo como lo de Kabul, Arizona, al ratito nos vamos a poner como Marianita Gómez del Campo y el secretario Córdova Villalobos ante la posibilidad de que los antros en el DF cierren a las 5 (ellos quisieran que la gente se guarde en su casa a rezar el Rosario, viendo películas del padre Maciel, supongo). Y claro, nos vamos a sacar de onda porque San Lázaro y la casona de Xicoténcatl dejaron todo para el último, precisamente para que ninguna de las grandes reformas que se presumían fundamentales se discutiera como es debido.
Debemos tomar las cosas en su debida proporción, como el admirable Tarcisio Bertone, que no Beltrones, el número dos del Vaticano que, mientras piensa la manera de dejárselas cayetano a los Legionarios de Cristo, ya declaró que el celibato es sólo una bonita tradición, que no es fundamental. Sí, ya veo a muchos ensotanados atascando los teibols.
jairo.calixto@milenio.com
Hituco Molavéis 
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